En la escuela de La Matanza que visité el 14 de mayoHoy fue la segunda vez en menos de una semana que estuve recorriendo escuelas en La Matanza, por eso les voy a hablar un poco sobre Educación.
La verdad que el panorama es terrible. Mientras algunas escuelas se caen a pedazos porque la infraestructura está en pésimas condiciones, en otras, como la que fui hoy conviven más 1200 alumnos que si bien no están mal, tampoco están en las condiciones ideales. Y estoy seguro de que aunque los directivos de los establecimientos harían hasta lo imposible para ver bien el lugar adonde trabajan, al Ministerio de Educación provincial, poco parece importarle ésto.
Sinceramente, a mi me da mucha bronca esta situación, porque todavía recuerdo eso que nos decían los maestros cuando iba al colegio, de que “la escuela es su segunda casa” y si eso es así ¿por qué nuestros hijos tienen que tener una segunda casa que se les viene abajo? Si nosotros, los padres, hacemos de todo para darles una casa digna ¿por qué el ministerio no puede hacer lo mismo por su educación?
¿Son buenas preguntas no? Ojalá tuvieran buenas respuestas también.
Por el momento, yo sólo puedo decirles que nosotros, como padres, como vecinos de la provincia de Buenos Aires, como contribuyentes de la provincia, somos quienes debemos bregar para que nuestros hijos tengan una educación digna, en edificios dignos y con maestros y profesores que cuando digan “esta es su segunda casa”, lo hagan orgullosos, porque saben que ahí en donde están, es el lugar en el que les gustaría que estén sus propios hijos.
Sinceramente, a mi me da mucha bronca esta situación, porque todavía recuerdo eso que nos decían los maestros cuando iba al colegio, de que “la escuela es su segunda casa” y si eso es así ¿por qué nuestros hijos tienen que tener una segunda casa que se les viene abajo? Si nosotros, los padres, hacemos de todo para darles una casa digna ¿por qué el ministerio no puede hacer lo mismo por su educación?
¿Son buenas preguntas no? Ojalá tuvieran buenas respuestas también.
Por el momento, yo sólo puedo decirles que nosotros, como padres, como vecinos de la provincia de Buenos Aires, como contribuyentes de la provincia, somos quienes debemos bregar para que nuestros hijos tengan una educación digna, en edificios dignos y con maestros y profesores que cuando digan “esta es su segunda casa”, lo hagan orgullosos, porque saben que ahí en donde están, es el lugar en el que les gustaría que estén sus propios hijos.
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